viernes, 25 de septiembre de 2009

El Día de Oración por Chile y los Padres de la Patria

Publicado en Dies Domini # 21

En este último domingo del mes de la Patria, la Iglesia conmemora el Día de la Oración por Chile, en el cual se eleva a Dios la oración por nuestro país, bajo la intercesión de la Bienaventurada Madre de Dios, la Santísima Virgen del Carmen, Reina y Patrona de Chile.
Es importante pedir por Chile, en este año de elecciones, para que Dios nos traiga los mayores bienes e ilumine a las autoridades para lograr el bien común, por medio de leyes e iniciativas que sean justas.
En estos momentos conviene recordar lo que significa la palabra “Patria.” Este término viene del latín patres, que significa padres, es decir, la patria es la tierra de los padres, pero esto no sólo se refiere a los progenitores, si no a aquellos a quienes llamamos padres porque nos heredaron su cultura, valores e ideales. Por eso, en particular en este mes de la patria, para vivir un verdadero patriotismo es necesario pensar en los Padres de la Patria, es decir aquellas personas que ayudaron a fundar esta república, pensando sobre qué ideales les movían y sobre qué principios fundaron este país. Los Padres de la Patria, aún cuando defendieron la libertad política del país, jamás renegaron de la herencia española, antes bien asumieron sus principios y valores y se propusieron vivirlos en la libertad de una República independiente. El valor principal sobre el que fue fundado nuestro país fue la fe católica; fue la fe lo que movió a O’higgins y a los otros a conseguir la fundación de una nación independiente, que tuviese a España por madre en el origen y por hermana en la fe, pero que decidiera por sí sus destinos supremos en la libertad de los hijos de Dios, bajo el amparo de la Madre de Dios, bajo la advocación de la Virgen del Carmen.
La idea de Patria para Chile, por tanto, se funda sobre la unión de hombres libres que profesaban la religión verdadera, bajo el amparo de la Virgen del Carmen. Esta idea se mantuvo por varios decenios, bajo la influencia dejada por la herencia de los Padres de la Patria. Pero a fines del siglo XIX, bajo el alero de ideas de gobiernos liberales, se intentó desligar poco a poco a la Patria de su fundamento católico, hasta perder la confesionalidad del Estado en 1925. No obstante esto, el pueblo chileno continúa siendo mayoritariamente católico y la Iglesia sigue rezando continuamente por la Patria.
Pero cuando se pierde el fundamento se va perdiendo también el resto. Por no ser confesional el Estado muchos intentan hacer acallar la voz de la Iglesia cuando defiende la vida y sostiene con voz clara los principios morales básicos en toda sociedad y a los que no podemos renunciar en modo alguno.
Por eso es necesario cuestionarse sobre estos valores: el respeto a la vida (de todos) y la defensa de la familia. Cuando ciertos políticos intentan introducir leyes que atentan contra la unidad de la familia (y algunos quieren incluso eliminar la palabra “familia” de la constitución) o promueven leyes que atentan contra la vida de los más débiles (aborto, eutanasia), debemos reafirmar nuestra identidad como católicos y renunciar a apoyar a tales personas y combatir (en la medida de nuestras fuerzas, a veces será con nuestras acciones en instancias sociales otras será sólo con el voto) tales iniciativas.
Chile es una nación libre, pero la palabra nación significa el lugar de los que nacen, por lo tanto es un contrasentido que se introduzcan leyes antivida y antifamilia, pues el respeto a la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, y solidez de las familias, es lo que constituye una verdadera nación y le permite crecer con dignidad y justicia social real.
Imploremos a la Virgen del Carmen, Madre de Dios, que ilumine a los chilenos, para no renunciar a nuestra vocación de país a favor de la vida y de la dignidad de las personas, para que la celebración de los doscientos años de la independencia se haga en un contexto de verdadero progreso y justicia, con los valores e ideales que los Padres de la Patria buscaron al fundar nuestra república. Por eso nos decimos orgullosos de ser chilenos católicos, devotos de la Virgen del Carmen, a quien representa la estrella de nuestra bandera.

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